En febrero a Florencia

Antes de la pandemia (cuando se podía viajar), tuve la suerte de hacer algunos viajes, que programaba con mucho mimo y en los que visitar sus Museos , era parte fundamental. De este modo y con la ayuda de mi inseparable cámara fotográfica fui recogiendo imágenes para suplir lo que la memoria no retendría con los años. Cuando se acumulan demasiadas imágenes en poco espacio de tiempo, la retina se cansa y el cerebro no es capaz ya de procesar tanta belleza. Hay algo llamado «síndrome de Stendhal»* aplicable al caso . Este paseo abreviado por algunas obras imprescindibles, servirá para refrescar la memoria y disfrutar nuevamente.

Compartiré con vosotros algunas de esas obras y de aquellas fotografías clandestinas, con la intención de ir dedicando cada mes a un diferente museo, de los que guardo imágenes.

* El origen de esta patología se remonta a la Florencia del siglo XIX. Henri-Marie Beyle, un conocido escritor francés, apodado Stendhal, se encontraba viajando por Italia, y quedó extasiado durante su estancia en Florencia. Tanta belleza en un periodo tan corto de tiempo, le sobrepasó. Sus calles, monumentos, frescos y demás obras de arte le provocaron tal conmoción, que tuvo que sentarse porque su corazón se aceleró, sintió sudores fríos y cierta angustia acompañada de vértigos. Años mas tarde una psiquiatra le pondría el nombre del escritor a dicha «patología»

Historia de la Galería de la Academia

Su construcción se debe a Cosme I, duque de la República florentina. Según el propio Vasari, en el guardarropa del duque , se podían ver numerosas obras de arte que los propios Médici habían recuperado en 1512. Cosme I fundó la Galería, con las obras que se habían hecho en honor a S. Lucas y la Santísima Trinidad en la Academia de las Artes y del Dibujo. A esta colección se añadieron las obras realizadas por los propios profesores para conseguir un puesto en la institución, a las que se sumaron las obras que guardaban los conventos tras la supresión de las órdenes religiosas por el gobierno de Napoleón en 1810, estableciéndose su sede actual en 1882.

Además de varias obras de Miguel Angel, destacando a su famoso David; hay obras de Giambologna, de Domenico Ghirlandaio, de Jacopo Pontormo destacando  Venus y cupido y de Lorenzo Bartoloni .  Sandro Botticelli también está representado con obras como Virgen con el niño y san Juan niño y dos ángeles.

En sus fondos se conservan producciones de Filippo Lippi, como San Juan Bautista y Santa María Magdalena y por último, la galería cuenta con obras de Bartolomeo Cristofori, como un clavicémbalo anterior a 1700. Nos muestra cómo fue una de las épocas más gloriosas de la Historia del Arte italiano: el Renacimiento. 

El David de Miguel Ángel

El principal reclamo de la Galería de la Academia, es la grandiosa escultura del personaje bíblico David que esculpió Miguel Ángel. Aquí reside desde 1873, cuando se trasladó para evitar que se deteriorase en su anterior ubicación, la Piazza della Signoria, pues hasta ese momento había estado a la intemperie. Ahora, en dicho lugar vemos una réplica del original, así como de muchas otras esculturas que también están bajo el techo de la Academia.

Con más de 5 metros de altura, el David fue esculpido por Miguel Ángel con cincel partiendo de un solo bloque de mármol y desde distintos puntos de vista, concibiéndose la obra para poder ser admirada desde cualquier punto. Representa al héroe bíblico David en el momento de concentración antes de pasar a la acción y atacar a Goliat.

La desproporción manierista ideada por Miguel Ángel en las manos y cabeza del David con respecto a su cuerpo tiene un objetivo simbólico: el de remarcar los puntos fuertes del personaje con respecto a Goliat. Ésta sería, al menos, una explicación posible, ya que otros estudiosos piensan que se debe a que al ser una estatua pensada para exteriores, la desproporción ayudaría a verla mejor en determinada perspectiva.

Una copia de yeso en el Victoria and Albert Museum de Londres estaba destinada a la educación de estudiantes de arte, y tenía una hoja de parra desmontable , utilizada para mayor modestia durante las visitas de la reina Victoria y otras damas importantes. Se colgó en la figura utilizando dos ganchos estratégicamente colocados. Hay réplicas del David por diversas partes del mundo

El rapto de las sabinas de Giovanni da Bologna

El título se refiere a un episodio en los primeros tiempos de Roma. Como existía mucha escasez de mujeres los Romanos secuestraron a las mujeres de una tribu cercana, los Sabinos. Pero estos se opusieron y no permitieron que sus mujeres se casaran con los Romanos. Al ser rechazada su proposición, los Romanos planearon el rapto de sus mujeres durante un gran festival que Rómulo organizó. Cuando los inocentes Sabinos llevaron a sus mujeres, los Romanos los encerraron y solo dejaron salir a los esposos, hermanos o padres de ellas. De esa manera las convirtieron en sus mujeres.

Se trata de una escultura de más de 4 metros de altura. Giambologna creó esta escultura como una demostración de virtuosismo y no por encargo de nadie. El grupo está constituido  por  tres personajes desnudos : un hombre de pie  musculoso que es el que rapta  a la sabina que se resiste al secuestro y en la parte inferior un  retorcido personaje , sujeto por las piernas del joven romano, con barba probablemente el padre de la sabina que muestra su impotencia y desesperación ante el acto. Las tres figuras están entrelazadas. La escultura exalta la figura humana y su belleza tal como lo hacían los escultores de la Grecia antigua.   El estilo corresponde a la Escultura renacentista pero más concretamente  al MANIERISMO o del último tercio del siglo VI. caracterizado por romper la armonía clásica introduciendo dinamismo y expresividad que significan un precedente del barroco. La cara de la sabina   manifiesta su terror y la imposibilidad de escapar y la expresividad se pone de manifiesto en ese padre  ( que recuerda a Laocoonte )que no puede escapar de las piernas del romano y que se muestra angustiado por no poder ayudar a su hija.  Una copia se instaló en la Loggia dei Lanzi, cerca del Palazzo Vecchio, en el centro de la ciudad

También es conocida como «las tres edades del hombre». ya que las figuras, no aparecen tensas en sus rostros sino que llevan una unión psicológica en sus miradas y las posiciones de sus cuerpos, dando la sensación de girar en torno a un eje central del que no pueden escapar.