
El edificio es un largo pabellón construido en 1852 por Napoleón III, en apenas unos meses. Su destino era servir como invernadero para los naranjos del Jardín de las Tullerías. De ahí su nombre de «Orangerie». El costado sur que daba al Sena, contaba con grandes ventanales para recibir todo el sol, mientras que el costado Norte, estaba más protegido, para defenderlo del frio. La orangerie se destina a museo en el año 1821. A partir de 1930 pasa a depender del Louvre y se inauguran 4 salas de exposiciones temporales. Pero fue a partir de la adquisición de la colección de obras de Jean Walter y Paul Guillaume, que el museo logra un carácter de permanencia.
Solo voy a recordar hoy «Los nenúfares» de Claude Monet .Los Nenúfares, no sólo se refiere a un cuadro, sino a toda una colección de obras, que Monet había empezado casi treinta años antes.
Estas obras fueron ofrecidas por Monet a Francia después del armisticio del 11-11-1918 como símbolo de paz. El conjunto es una de las más grandes obras monumentales de la pintura de la primera mitad del siglo XX. Las dimensiones de las pinturas son colosales, su altura es de 2 metros, y la longitud total de los 8 paneles es de…91 metros. En las dos plantas inferiores del museo se exhibe la colección de Paul Guillaume, con obras de Cézanne, Renoir, Rousseau, Picasso, Modigliani, Matisse, Utrillo, André Derain, Soutine… distribuidas en una decena de pequeñas salas.
Claude Monet
«el instante, la atmósfera, la interacción de la luz y las formas»

Claude Monet nació en París en1840. Empieza por la caricatura y en 1859, estudia pintura en la Academia Suiza de París, con el apoyo de su padre. Tres años mas tarde, conoce al pintor Charles Gleyre y trabaja junto a Alfred Sisley, Auguste Renoir y Frédéric Bazille, que se convertirían en sus amigos. Pintor del agua y de lo efímero, maestro del color, Claude Monet liberó la pintura de convencionalismos y rigideces academicistas con su deseo de plasmar el instante, la atmósfera y la interacción de la luz y las formas. Es el impresionista por excelencia.
Monet se enfrentará a dificultades económicas, ya que ningún Salón quiere exponer sus lienzos, a pesar del éxito de «La Femme en robe verte«, que representa a Camille Doncieux, la mujer que se convertirá en su esposa en 1870. Monet completó esta pintura en solo 4 días . Posteriormente, viaja a Londres durante la Guerra franco-prusiana y conoce al comerciante Paul Durand-Ruel, que le compra sus lienzos contribuyendo a la difusión de las obras de los impresionistas. Una parte del futuro grupo de impresionistas formada por Monet, Manet y Renoir , se une en 1872 en Argenteuil y el primer lienzo que surgirá de este movimiento artístico será Impresión, sol naciente, y que, de hecho, dará su nombre al movimiento. Esta pintura se presentará al público en la primera exposición impresionista en 1874. Este será el año que marcará el apogeo del Impresionismo y definirá a Claude Monet como uno de los creadores del movimiento.
La ferviente pasión de Monet por los lienzos, a veces se convertía en violenta frustración. En 1908, Monet destruyó 15 de sus Nenúfares, justo antes de que fueran exhibidos en la galería Durand-Ruel en París. Al parecer, el artista estaba tan descontento con las pinturas que decidió destruirlas. No fue un pintor comercial, sino más bien experimental, lo cual le trajo poco dinero y un gran triunfo en la exposición impresionista de 1874.

Las continuas compras de Durant-Ruel le permitirán a Claude Monet vivir dignamente sin necesidad de participar en los Salones oficiales. En 1883, se traslada definitivamente a Giverny con su amiga Alice Hoschedé, los seis hijos que ella tuvo con Ernest Hoschedé y sus dos hijos propios; su último hijo no llegará a conocer a su madre, muerta en el parto en 1879. Giverny se convertirá en un verdadero remanso de paz para Monet. A pesar de los muchos viajes que realiza , es la casa de Giverny y sus jardines lo que le inspirarán para crear obras tan famosas como la serie de los Nenúfares. Fallece en su casa de Giverny en 1926, rodeado por su familia. Su trabajo no fue reconocido hasta años más tarde con la entrada de estas obras en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, cuando el artista se consolida, como “un puente entre el naturalismo del impresionismo temprana y la escuela contemporánea de la mayor abstracción» .

Los Nenúfares
En 1914, a la muerte de su hijo, Monet cayó en un estado de tristeza, encontrando una salida en el deseo de retomar un proyecto a gran escala: «nenúfares “ a lo largo de paredes”, sus «paisaje acuáticos» como él escribiría. Llevó a cabo este proyecto, a pesar de sus dudas y obstáculos, gracias al apoyo de su gran amigo y político, George Clemenceu, quién además tenía gran interés en el arte. Logra convencer a Monet para instalar en L’Orangerie la colosal obra. que estaba elaborando. lo visitaba con frecuencia durante la Gran Guerra animándole a completarla: «se lo debes a Francia, a todos esos jóvenes que nunca volverán de las trincheras». Monet se dedica junto a la arquitecta Camille Lefèvre al proyecto, dispuesto en dos salas ovaladas formando el signo del infinito. Debido al gran tamaño de sus obras y a pesar de la guerra, Monet alternaba pintar dentro de su estudio, que tenía tejado con cristaleras y la pintura al aire libre

Desarrolló el concepto de “series” en la pintura, en las que un motivo es pintado repetidas veces con diferente iluminación. El pintor importó nenúfares para su jardín procedentes de Egipto y América del Sur, lo que enfadó a las autoridades locales, que le exigieron eliminar las plantas antes de que envenenaran el agua de la zona. A menudo se considera a Monet como el pintor de la felicidad, pero lo cierto es que muchas de sus obras, reflejan su visión sobre la guerra. Los nenúfares se convirtieron en el nuevo símbolo de un Monet ya anciano y roto por el dolor de la guerra. En la década de los 50, el Museo de Arte Moderno de París compró por primera vez un Monet de esta serie. Las obras de la serie nenúfares, no fueron bien valoradas por la critica de la época, se consideraron desordenadas y fruto de la visión borrosa de Monet, más que de una visión creativa propia de un artista. La difusión de las figuras fue cuestionada también debido a que no se supo si era por el problema de cataratas que sufría o su ambición de experimentar. El surgimiento del expresionismo abstracto resucitó el interés por los Nenúfares. En 1955, el Museo de Arte Moderno compró su primer Monet de esta serie y rápidamente se convirtió en uno de los cuadros más famosos del museo.
El Museo Claude Monet, se inaugura en 1927, justo unos meses después de la muerte del artista.






